Cuando pensamos en crear una marca, además de la idea que la sustenta, de la actividad a la que se va a dedicar, o su propia personalidad, tenemos que dar el paso imprescindible de darle un nombre. Es muy necesario cuidar este proceso (más de lo que a veces suponemos), para así conseguir un nombre de marca adecuado. A las técnicas y procesos con los que llevamos a cabo esta tarea, se le denomina "Naming".
En definitiva, el proceso del "Naming" se podría resumir en que es la creación del nombre de una marca. Algo que no tiene nombre o no puede ser nombrado, es como si no existiera; pero en este caso hay que ir mucho más allá: porque el naming debe ir acompañado de una identidad de marca, una personalidad que nosotros también hemos de construir.
El nombre de nuestra marca será, al fin y al cabo, el pilar que sustente toda nuestra actividad, nuestras comunicaciones corporativas, publicitarias, etc. Se trata de un valor fundamental de la marca, pues acabará convirtiéndose en el "mensaje" más repetido de todos. Leído, pronunciado, impreso en packaging y publicidad, implantado en nuestras creatividades... estará necesariamente en todas partes.
Como bien sabéis, un "jingle" es una pieza de música o canción que se usa para acompañar los anuncios de publicidad, tanto en radio como en televisión, aunque sobre todo en este último medio. Sus principales características es que suelen ser de corta duración y muy fácil de recordar, de modo que quede grabado en la memoria de aquellos que lo escuchan, o al menos, esa debe ser su fin. Se puede tratar de un eslogan o de una melodía y, normalmente, aunque no siempre, suele mencionarse el nombre de la marca, empresa o producto, aunque no siempre tiene por qué ser así. Aunque aparecieron en la década de los años 20 en California, no fue hasta los años 60 cuando pudieron encontrar su hueco en televisión.
Dentro de una estrategia de marketing, la posibilidad de crear anuncio con un "jingle" claro, corto e identificable se tiene muy en cuenta, ya que ayuda en gran parte a conseguir los objetivos plasmados en dicha estrategia, pudiendo alcanzar un grado de difusión y viralidad bastante alto. Los motivos por los cuales suelen funcionar estos "jingles" son varios:
- Son fáciles de recordar, ya que es mucho más sencillo recordar algo que te cantan que algo que tienes que leer. La música ayuda y mucho.
- Suelen ser persuasivos. La brevedad de los mismos hace que se suelan escuchar enteros, sin dejar tiempo para no hacerlo.
- Ayudan a crear un "clima" especial con las marcas. Es decir, si el "jingle" gusta genera una relación especial entre quienes lo escuchan y la marca. Lo comentan y lo cantan, permitiendo reforzar los aspectos positivo de la misma y ayudando a reforzar su imagen de marca.