Una de los aspectos más complicados que podemos encontrarnos en Marketing es clasificar a los distintos tipos de consumidores que nos podemos encontrar en el mercado. La sociedad actual nos ofrece una amplia variedad de consumidores, cada uno con sus ventajas e inconvenientes y con sus propias características que decide el acto de la compra o el consumo condicionado por diferentes factores, sobre los cuales el marketing podrá influir en determinados casos, pero en los que, en otros, no podrá hacer uso de sus técnicas o herramientas para influenciar la compra del producto de una determinada marca.
Indagando por diferentes lugares, nos hemos encontrado con esta amplia y detallada clasificación de consumidores atendiendo a diferentes criterios. ¿En cuál de ellos consideráis que encajáis mejor?
Consumidores por tipo de compra
- Planeado: Para este tipo de consumidor la compra es reflexiva. Antes de realizar el acto de la compra ya sabe el qué va a comprar, de qué marca y en qué canal lo va a hacer. Conoce perfectamente todas las ofertas del mercado y no acepta productos sustitutivos. Se ve afectado en poca medida por las acciones de marketing de las marcas.
- Sugestionado: se informa a través de la publicidad ofrecida de las marcas, siendo por tanto influenciada por la misma. Se encarga de estudiar detalladamente las características del producto y estudia las diferentes ofertas que le ofrece el mercado. Es un tipo de consumidor que se ve influenciado por las acciones de marketing y que decide la compra en función de las mismas.
- Impulsivo: Compra por impulso, sin pensar en aquello que está comprando, ni en si lo necesita o no. Simplemente le gusta, le apetece comprarlo y lo hace.
En los tiempos que corren, con el auge imparable de internet y las nuevas tecnologías, la competencia se ha ido convirtiendo cada vez más en un aspecto clave a estudiar por todas las empresas que quieran hacerse con un hueco en el mercado y conseguir determinados beneficios a través de su actividad en el mismo. Con el paso del tiempo se pueden observar mayor número de empresas y marcas con las que competir, no sólo a nivel internacional o nacional, sino también a nivel local, donde, si cabe, la competencia es incluso más feroz. Esto, unido a la enorme cantidad de información que se puede encontrar a través de la red hace posible, y necesario, que toda empresa deba dirigir su mirada a todos esos competidores y trate de analizar toda la información posible que les permita detectar sus puntos débiles, analizar su forma de atacar el mercado e incluso imitar aquello que tan bien hacen los competidores y que le está reportando éxito y beneficios.