Uno de los objetivos primordiales para cualquier marca dentro de su estrategia, es la de diferenciarse entre sus competidores y ser influyente y relevante ante la audiencia.
Para ello, no sólo se ha de conseguir alcanzar ese punto de influencia donde todos nos escuchen y valoren lo que tengamos que decir; también hay que crearse una buena reputación online y mantenerla, pues será el pilar básico que sustentará esa imagen influyente a lo largo del tiempo.
Así, tenemos que trabajar sobre la imagen y los valores que queremos transmitir como marca, y cuidar sobre todo que la visión que se percibe de nosotros se corresponda con aquello que hemos querido comunicar y mostrar de nosotros mismos. ¿Cómo lo hacemos?
Como bien sabéis, un "jingle" es una pieza de música o canción que se usa para acompañar los anuncios de publicidad, tanto en radio como en televisión, aunque sobre todo en este último medio. Sus principales características es que suelen ser de corta duración y muy fácil de recordar, de modo que quede grabado en la memoria de aquellos que lo escuchan, o al menos, esa debe ser su fin. Se puede tratar de un eslogan o de una melodía y, normalmente, aunque no siempre, suele mencionarse el nombre de la marca, empresa o producto, aunque no siempre tiene por qué ser así. Aunque aparecieron en la década de los años 20 en California, no fue hasta los años 60 cuando pudieron encontrar su hueco en televisión.
Dentro de una estrategia de marketing, la posibilidad de crear anuncio con un "jingle" claro, corto e identificable se tiene muy en cuenta, ya que ayuda en gran parte a conseguir los objetivos plasmados en dicha estrategia, pudiendo alcanzar un grado de difusión y viralidad bastante alto. Los motivos por los cuales suelen funcionar estos "jingles" son varios:
- Son fáciles de recordar, ya que es mucho más sencillo recordar algo que te cantan que algo que tienes que leer. La música ayuda y mucho.
- Suelen ser persuasivos. La brevedad de los mismos hace que se suelan escuchar enteros, sin dejar tiempo para no hacerlo.
- Ayudan a crear un "clima" especial con las marcas. Es decir, si el "jingle" gusta genera una relación especial entre quienes lo escuchan y la marca. Lo comentan y lo cantan, permitiendo reforzar los aspectos positivo de la misma y ayudando a reforzar su imagen de marca.