Singles: radiografía de la sociedad española

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Hedonistas, despreocupados, dinámicos; dan prioridad a los atributos físicos. Poco ahorradores y alto consumo; se adaptan a productos y medios de distribución, se les llega de forma fácil a través de web especializadas, datos estadísticos… Así grosso modo podemos describir a los singles, una proporción cada vez más grande de la sociedad española, por lo que las empresas deben dirigir su enfoque también hacia ellos.

En los últimos 15 años, el número de personas que han decidido que prefieren vivir por su cuenta se ha incrementado notablemente. “Personas de entre 25 y 65 años, con un nivel adquisitivo cuya media es bastante más elevada que el resto.

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¿Es importante para las marcas?

Ser Single es una declaración de principios, un estilo de vida con identidad propia, que va más allá de la soltería. El consumidor avanza, el entorno cambia y las estrategias que las marcas tienen que lanzar al mercado, también deben de hacerlo. Los modelos familiares están cambiando y la comunicación para estos nuevos modelos familiares es el nuevo reto a alcanzar.

Si observamos las estadísticas a día de hoy en España nos revelan que 1 de cada 4 individuos en edad de casarse permanece soltero/a. Lo que contrasta con la realidad de hace 50 años. Hemos pasado del “soltero” con todo lo negativo a “single” sinónimo de libre, feliz y económicamente correcto. Actualmente el 22% de los hogares españoles son unipersonales, cifra relativamente baja si se compara con París o Nueva York, por ejemplo, donde hay más viviendas de una sola persona que formadas por parejas. Las mujeres “singles” gastan un veinte por ciento más en cosmética que las mujeres casadas. Consumidores “singles”, pero los hogares al fin y al cabo son iguales, necesitan casi lo mismo que otro, pero en dosis más pequeñas.

Adaptación de las empresas

Ante esta realidad de la sociedad, las empresas deben adaptarse a estos nichos de mercado, como bien se observa: agencias de viajes para solteros, hoteles especializados sólo para adultos, inmobiliarias para solteros… Un aspecto que deben vender las empresas para atraer a este colectivo es vender esa libertad, uno de sus rasgos distintivos: sin ataduras, sin hijos, sin pareja. Productos que destaquen por su practicidad, funcionalidad. También destacar la individualidad. El Single tiene una personalidad propia, que les distingue del resto, lo que refuerza su carácter hedonista, que le convierte en un gran precursor de productos a medida y limitados.