Obsolescencia programada en el mundo empresarial

Obsolescencia-programada

Hablar de la obsolescencia programada es hablar de la vida útil que una fábrica o empresa le da a un producto. Es ese período que sabe que se podrá utilizar, pero que a partir de allí se volverá un producto obsoleto o inútil.

La obsolescencia programada se creo con el fin de que el consumidor se vea “obligado” a que si quería seguir teniendo un producto similar a ese, tuviera que comprar otro. Piensa que un producto que no se desgaste es malo para una empresa pues no podrá vender otro de esas mismas características al mismo usuario.

¿Qué es la obsolescencia programada?

Es una práctica comercial que consiste en diseñar y fabricar productos con una vida útil limitada, con el objetivo de que los consumidores los reemplacen con frecuencia y así aumentar las ventas.

Esta práctica puede ser aplicada tanto a productos electrónicos como a otros tipos de bienes de consumo, como electrodomésticos, vehículos y ropa. Los fabricantes pueden utilizar diversas técnicas para lograr este efecto, como el uso de materiales de baja calidad, la limitación de las opciones de reparación o la introducción de nuevas tecnologías que hacen que los productos antiguos sean obsoletos.

La obsolescencia programada ha sido objeto de debate y críticas por parte de los consumidores y los defensores del medio ambiente, ya que contribuye al desperdicio de recursos y al aumento de los residuos electrónicos. También se ha argumentado que esta práctica no es ética, ya que engaña a los consumidores al hacerles creer que necesitan reemplazar sus productos con más frecuencia de lo necesario.

Así, cuando se aplica la obsolescencia programada lo que se hace es garantizar una demanda y por lo tanto unos beneficios a la empresa.

Tipos de obsolescencia programada existentes

Existen tres tipos de obsolescencia que se pueden distinguir fácilmente:

  • Obsolescencia de función: se produce cuando los productos son diseñados para que solo sean compatibles con versiones antiguas de los sistemas operativos, lo que limita su capacidad de uso. Por ejemplo, un nuevo software que solo funciona con una versión antigua del sistema operativo de un dispositivo.
  • Obsolescencia de calidad: se produce cuando se utilizan materiales de baja calidad en la fabricación de los productos, lo que limita su durabilidad y vida útil. Por ejemplo, una impresora que está diseñada para durar solo unos pocos años antes de que las piezas clave fallen.
  • Obsolescencia por diseño: se refiere a la creación de productos que están diseñados para ser obsoletos en un período determinado de tiempo. Por ejemplo, los teléfonos móviles que tienen una vida útil programada de dos o tres años antes de que se vuelvan obsoletos.
  • Obsolescencia por incompatibilidad: se produce cuando los productos son diseñados para no ser compatibles con otras marcas o modelos, lo que limita su capacidad de uso y fuerza a los consumidores a comprar productos específicos de la misma marca. Por ejemplo, un cargador que solo funciona con un modelo específico de teléfono móvil

Está claro con todo esto que la obsolescencia programada llega a afectar de sobremanera a los consumidores, principalmente en lo que tiene que ver a la economía y a los hábitos psicológicos. Se entra en un bucle de usar, comprar y tirar constantemente y un deseo por “tener la última versión o la más moderna”.

12

Dónde nace la obsolescencia programada

Su desarrollo comenzó en la década de los 20. Fue Cártel Phoebus, un empresario que junto a los creadores de marcas como Phillips o General Electric decidieron aplicarla. Lo que hicieron fue reducir la vida útil en su momento de las bombillas.

De esa forma, veían cómo las ventas subían. Si teníamos  la famosa bombilla de Edison con una vida útil de 2.500 horas, en 1925 la vida útil era de 1.000 horas.

No fue hasta el año 1954 en el que se empezó a llamarle obsolescencia programada por el discurso del diseñador industrial Brooks Stevens.

Es así entonces como nos enfrentamos hoy en día a un mundo empresarial en el que todos los productos están programados para que, tarde o temprano mueran y la obsolescencia programada se aplique logrando aumentar sus ventas.

 

¿Es ético?

La ética de la obsolescencia programada es un tema de debate. Muchos argumentan que la práctica de la obsolescencia programada es inmoral, ya que engaña a los consumidores al hacerles creer que necesitan reemplazar sus productos con más frecuencia de lo necesario, lo que aumenta el desperdicio de recursos y contribuye al problema global de los residuos.

Los defensores de la obsolescencia programada argumentan que es necesaria para mantener la economía en funcionamiento y que los consumidores siempre tienen la opción de elegir productos más duraderos y sostenibles.

Sin embargo, hay muchas razones para cuestionar la ética de la obsolescencia programada.

  • En primer lugar, la práctica socava el derecho de los consumidores a productos duraderos y a tomar decisiones informadas sobre sus compras.
  • En segundo lugar, contribuye al agotamiento de los recursos naturales y a la contaminación ambiental.
  • En tercer lugar, puede ser vista como una forma de explotación, ya que los fabricantes buscan maximizar sus beneficios a expensas de los consumidores.

La ética de la obsolescencia programada es un tema complejo, pero es importante considerar el impacto a largo plazo de esta práctica en la economía, el medio ambiente y la sociedad en general.