En el mundo online como en el offline no debemos olvidar nunca que las opiniones de nuestros clientes o incluso de aquellos que no lo son, tienen un importante impacto en la imagen de nuestra empresa o marca, es decir, aquello que conforma la reputación de la empresa.
Los comentarios negativos en torno a una empresa publicados en Internet representan el mayor peligro para una reputación online saludable. Sin embargo, hay que diferenciar distintos grados de importancia o influencia en función de dónde se realice cada publicación y planteamos a continuación las más frecuentes.
La gestión de la reputación online se ha convertido en una eficaz herramienta de marketing. La universalización del acceso a internet posibilita que se hable de nosotros en la red. Esta información sobre nuestras empresas escapa, en principio, a nuestro control y puede llegar a ser muy perjudicial, dañando nuestra reputación. Los contenidos que los usuarios suben a la red forman parte de la imagen que nuestra marca proyecta. Así, tenemos que trabajar sobre la imagen y los valores que queremos transmitir como marca, y cuidar sobre todo que la visión que se percibe de nosotros.
Razones para invertir en Reputación Online
Un caso de reputación online: Zara y la camiseta de rayas
Una simple ocurrencia surgida del departamento de diseño puede generar una oscura polémica. Sobre todo cuando se viraliza en las redes sociales. Eso es lo que sucedió con una simple camiseta de rayas galonada con una estrella, destinada a la sección infantil de la afamada cadena de tiendas de Inditex (puedes verla en la siguiente imagen). Un medio israelí puso el grito en el cielo y señaló su parecido con el uniforme que los judíos eran obligados a llevar en los campos de concentración. Zara reaccionó a tiempo retirando la prenda de sus tiendas y alegando que el diseño estaba inspirado en el género de cine Western, algo bastante verosímil si se tiene en cuenta que las puntas de la estrella acaban en un circulito, como las que portaban las autoridades en los films de vaqueros.