El logotipo la cara visible de cualquier empresa. Se debe plantear como algo intemporal y duradero en el tiempo. Sin embargo no suele ser así, ya que la mayoría de los logotipos tienen fecha de caducidad. ¿Por qué? Los tiempos cambian del mismo modo que cambian las tendencias gráficas y estéticas. También los objetivos de las empresas, el público al que se dirigen y por supuesto las circunstancias cambian.
¿Cuándo cambiar mi logotipo?
- Cuando tu negocio está evolucionando Las empresas deben estar en constante cambio y adaptación para no acabar alejadas del mercado. Si se produce algún cambio significativo en la vida del negocio, será necesario que lo reflejemos en la identidad corporativa.
- Cuando el logo actual no comunica lo deseado Todas las identidades corporativas deben de comunicar a la perfección la filosofía (valores, visión, misión, objetivos) de una empresa. El consumidor debe de entender a simple vista el giro y el tono (si es formal, creativa, divertida, seria, familiar, etc.) del negocio.
- Cuando tu logo no está actualizado Hay logotipos que utilizan elementos que ya no son relevantes para su categoría, un ejemplo es una empresa de tecnología que en su logo utiliza elementos que ya no se utilizan como dvds, cds, etc. En un caso como éste el logotipo es incluso un elemento negativo, porque una empresa de tecnología debería ir siempre a la vanguardia, pero en este caso el logo refleja todo lo contrario. Un logo obsoleto nos dice que la empresa también lo esta, por lo tanto es importante cambiarlo, para que el mensaje sea correcto.
- Mal diseño En muchas empresas el logotipo, es sencillamente malo, ha sido diseñado por alguien no profesional, por algún conocido o incluso por el mismo empresario para poder salir del paso. El mal diseño es el peor de los casos, una mala imagen salta a la vista, los clientes dudan de su profesionalidad ¿quien confía en una empresa que no cuida su imagen? Una buena imagen da confianza a los clientes, distingue a la empresa de la competencia, hace que le recuerden mejor. El mal diseño hace crear una sensación de inestabilidad o poca durabilidad de la empresa en el mercado, muy usado por empresas en las que basan su política en “costes” y dan esa sensación de “barato”. Si se encuentra en este caso, cuanto antes renueve su imagen mejor.
- Cuando quiero que me vean de otra manera Otro indicio de que necesitamos un cambio parcial o radical en nuestra identidad corporativa es cuando necesitamos hacer un lavado de imagen. Como por ejemplo: • Si tenemos problemas de reputación. • Si queremos cambiar de posicionamiento en la mente del consumidor. Por ejemplo, si éramos una empresa que se asociaba a productos caros y ahora hemos cambiado nuestras políticas de precios, nos será de gran ayuda realizar un cambio parcial en nuestra identidad corporativa para que transmita a nuestro público potencial lo que somos ahora, y por lo tanto, nos deje de asociar a una marca cara.