Hace tiempo os hablamos sobre el creciente uso de los Códigos QR, incluso en las empresas españolas, con el principal objetivo de diferenciarse de la competencia. Sin embargo, estos códigos no son nuestra única opción para utilizar en una estrategia de marketing, y es aquí donde entran en juego los llamados “Códigos SnapTag”, entre otros.
Además de crear esa interacción entre la empresa y sus clientes, la ventaja extra de los Códigos Snaptag está en su propio diseño, el cual tiene forma circular y en cuyo interior es posible introducir una imagen (que bien podría ser la propia identidad visual de nuestra marca). ¿Con esto qué se consigue? Convertir nuestra marca o logotipo en un elemento totalmente interactivo. Asimismo, estos códigos son personalizables (los huecos de la circunferencia que lo forman pueden cambiarse y moverse de lugar), lo que crea un gran abanico de posibles combinaciones que se adaptarán con mayor facilidad a nuestra campaña.
La idea de que sea nuestra propia marca la que aparezca dentro del código puede ser muy interesante y productiva, ya que se crea un juego visual que con los Códigos QR no se conseguía, y además propicia que se asocie la campaña en cuestión a nuestra identidad de marca de una manera inmediata y eficaz.
Por otro lado, los Códigos SnapTag también pueden utilizarse en diferentes medios y soportes: ya sea en revistas, libros, packaging de cualquier clase, etc. Su lectura es igual de sencilla que en el caso de los QR; los consumidores tan sólo necesitan un teléfono móvil con el que capturar estos códigos y así recibir toda la información asociada a ellos. Ya existen diversas aplicaciones para smartphones en este sentido.
En definitiva, estos códigos creados por la empresa Spyderlink ya en el año 2006, aumentan nuestras posibilidades a la hora de utilizarlos en una estrategia de Branding (ya que hacen mucho más patente el reconocimiento de la marca). Sin embargo, no podemos olvidar que actualmente los Códigos QR se han posicionado como un estándar ampliamente extendido, lo cual les hace ganar bastante terreno a los Códigos SnapTag y puede complicar un poco más su inserción habitual como herramienta de marketing. Además, hay que añadir que con la llegada de la tecnología móvil del “NFC”, aún es mayor la duda de si estos códigos acabarán implantándose.
Ya existen algunos ejemplos de campañas de importante repercusión en las que se han usado Códigos SnapTag, donde importantes marcas han querido aumentar o mejorar la experiencia del cliente mediante esta herramienta. Así, tenemos el ejemplo de Coca-cola Zero:
Con la presente campaña, Coca-Cola obtuvo más de 150.000 escaneos del código, un aumento de sus fans en Facebook del 42% y un crecimiento del 153% de sus seguidores en Twitter.
Otras alternativas a estos Códigos
A todo esto, debemos añadir que los Códigos QR y los SnapTag no son nuestras únicas opciones. También encontramos otros tipos de códigos que pueden resultar interesantes, como el llamado Touchcode o el denominado infinityView.
El Código Touchcode tiene como característica especial su “invisibilidad”, ya que su funcionamiento se basa en las propiedades de la tinta que lo compone. Se trata de una tinta reflectante que puede integrarse en cualquier tipo de packaging o soporte impreso que, al ser escaneada, tiene el mismo efecto que una serie de gestos multitáctiles sobre la pantalla de nuestro dispositivo. ¿Qué quiere decir esto? Pues que cada uno de estos Touchcode impresos se convertirá en una combinación de gestos diferente, que harán reaccionar nuestro smartphone y lo conducirán a la información que tenga asociada. El Touchcode fue creado por la empresa Printechnologics.
Por otra parte, encontramos los Códigos infinityView que, al igual que en caso anterior, se integran a la perfección en cualquier tipo de soporte y están conformados por una marca de agua invisible (la cual se imprime sobre la superficie que deseemos). Además, por si la lectura se dificultara, ofrece adjunto como alternativa un código alfanumérico.
No podemos olvidar que en todos los casos se necesita una aplicación móvil para su escaneo y captura. Quizás, estas dos últimas opciones sean más apropiadas en aquellas situaciones en las que deseemos que sea nuestro diseño o packaging el total protagonista, siendo el código algo oculto pero perfectamente detectable por los dispositivos móviles. En los SnapTag o incluso los QR, los códigos pasan a ser una figura protagonista con mayores posibilidades creativas. ¿Con cuál de todos ellos os quedaríais vosotros?