Los clientes deciden sus decisiones de compra por muchos factores, y uno de ellos, importante, es el precio. Muchas veces la decisión es psicológica y éste es el aspecto que la empresa debe conocer a la hora de poner una cifra a sus productos y servicicios.
Un buen precio de producto es clave para conseguir buenas ventas. Que sea atractivo para el consumidor. pero que nos deje suficiente margen comercial. ¿Qué estrategias debemos tener en cuenta para influir en el consumidor?
Según las investigaciones sobre comportamiento y conocimiento, ciertos precios son más efectivos que otros.
Se ha comprobado que los productos o servicios cuyos precios están marcados con el símbolo (€) hacen que los consumidores gasten menos dinero. Un estudio llevado a cabo por el restaurante St Andrew en Nueva York les convenció que sacando el signo del dólar en su menú hacía que los platos fueran percibidos cómo más baratos por sus clientes.
Los consumidores perciben el precio de ventas mejor valuado cuando el precio está escrito en una fuente pequeña en vez de un tamaño grande y en negrita. En nuestras mentes, la magnitud física está relacionado con la magnitud numérica.
Parece que no es una buena idea ofrecer una opción gratuita al lado de una opción de pago. En el caso de coexistir ambas opciones aunque la gratuita ofrezca menos servicios que la de pago, el 99% de los potenciales clientes seleccionan la opción gratuita. Si no tiene que competir con una opción gratuita, la opción de pago ve incrementada en un 800% el número de clientes que la compran.
El impacto de los precios en cómo compramos es muy importante. ¿Por qué los precios acaban en 9? Una de las razones es porque el cerebro no lee o no proceso los precios al completo. Además el cerebro traduce todo lo que acaba en 9 como una oferta eso lo convierte en algo más atractivo.
También, por que leemos los números de izquierda a derecha, codificamos un precio como €7.99 como €7, especialmente si leemos muy rápidamente. Se le llama “el efecto del dígito izquierdo”: lo codificamos en nuestras mentes antes de haber leído todos los dígitos.