Cuando pensamos en crear una marca, además de la idea que la sustenta, de la actividad a la que se va a dedicar, o su propia personalidad, tenemos que dar el paso imprescindible de darle un nombre. Es muy necesario cuidar este proceso (más de lo que a veces suponemos), para así conseguir un nombre de marca adecuado. A las técnicas y procesos con los que llevamos a cabo esta tarea, se le denomina "Naming".
En definitiva, el proceso del "Naming" se podría resumir en que es la creación del nombre de una marca. Algo que no tiene nombre o no puede ser nombrado, es como si no existiera; pero en este caso hay que ir mucho más allá: porque el naming debe ir acompañado de una identidad de marca, una personalidad que nosotros también hemos de construir.
El nombre de nuestra marca será, al fin y al cabo, el pilar que sustente toda nuestra actividad, nuestras comunicaciones corporativas, publicitarias, etc. Se trata de un valor fundamental de la marca, pues acabará convirtiéndose en el "mensaje" más repetido de todos. Leído, pronunciado, impreso en packaging y publicidad, implantado en nuestras creatividades... estará necesariamente en todas partes.
¿Sabes lo qué es el Marketing Olfativo?
Imagínate hacer un branding que evoque emoción y que sea capaz de conquistar al consumidor. En eso consiste esta ciencia, en utilizar aromas con el fin de provocar ese sentimiento capaz de influir en el comportamiento y estado de ánimo de los compradores. ¿Has olido ya ese aroma capaz de activar tus cinco sentidos?
Las marcas pretenden conquistarnos ahora a través del olfato, hacernos olvidar dónde estamos, y conectar con nosotros a tal punto de llegar a nuestro “corazoncito”. Pero, ¿Puede un aroma conquistarnos para siempre jamás?
La respuesta es SI. En el momento en que las marcas dejan de ser un poquito egoístas y piensan desde la mente de sus potenciales clientes. No hay espacio para las barreras, ni beneficios individuales, hay que compartir emociones y crear esa conexión especial entre marca y consumidor
El olfato es el sentido más antiguo de los vertebrados: antes de poder ver lo que se movía a su alrededor, los primeros vertebrados ya eran capaces de reconocer su entorno gracias al olor. Probablemente sea el más antiguo y a la vez el menos comprendido de nuestros seis sentidos. A través de la evolución se ha mantenido conectado con las partes del cerebro que se convirtieron en el archivo de la clasificación de nuestras respuestas emocionales, ligando íntimamente los olores de las cosas con nuestras emociones. Dicho esto, nos preguntamos: ¿Puede una marca seducir a sus potenciales clientes mediante el olfato? Los olores pueden inducirnos a comprar y el olfato es el mayor sentido que tenemos para estimular nuestros recuerdos.
No sólo evolucionan, sino que deben evolucionar. Por qué?, porque el cliente cambia, por lo que el logo, el “dibujo” que representa a la marca, debe hacerlo también.
Veamos si no cómo ha cambiado el Logo de Pepsi desde su creación hasta la actualidad:
También podemos observarla en la marca de automóviles Volkswagen: