Cuando creamos nuestra marca, tan importante como planificar y cuidar su proceso de construcción, es registrarla legalmente.
Llevar a cabo el registro de nuestra marca es algo que debemos tener en mente desde el primer momento, ya que si no lo hacemos de la manera correcta y a tiempo, puede suceder que todo nuestro trabajo, esfuerzo e inversiones caigan en saco roto.
En concreto, ¿por qué es fundamental registrar nuestra marca correctamente? Si no lo hacemos...
-Nuestra marca podría confundirse con otra.
-Otra empresa que haya registrado el mismo nombre de marca, podría exigirnos el cese del uso de nuestra marca, o incluso exigirnos compensaciones por trabajar con ella.
Cuando pensamos en crear una marca, además de la idea que la sustenta, de la actividad a la que se va a dedicar, o su propia personalidad, tenemos que dar el paso imprescindible de darle un nombre. Es muy necesario cuidar este proceso (más de lo que a veces suponemos), para así conseguir un nombre de marca adecuado. A las técnicas y procesos con los que llevamos a cabo esta tarea, se le denomina "Naming".
En definitiva, el proceso del "Naming" se podría resumir en que es la creación del nombre de una marca. Algo que no tiene nombre o no puede ser nombrado, es como si no existiera; pero en este caso hay que ir mucho más allá: porque el naming debe ir acompañado de una identidad de marca, una personalidad que nosotros también hemos de construir.
El nombre de nuestra marca será, al fin y al cabo, el pilar que sustente toda nuestra actividad, nuestras comunicaciones corporativas, publicitarias, etc. Se trata de un valor fundamental de la marca, pues acabará convirtiéndose en el "mensaje" más repetido de todos. Leído, pronunciado, impreso en packaging y publicidad, implantado en nuestras creatividades... estará necesariamente en todas partes.